Confieso que he perdido mucho de mi fuerza, al irte amado mió en un día tan improvisado me dejaste en la nada, me quede en la escarpa de mi espíritu, quise comprender a Dios, del porque te había arrebatado de mi vida, y no se si lo comprendí, solo sé que aprendí a vivir con este dolor, a sobrellevarlo. Me hubieras ahorrado tantas humillaciones amado mío, pero te fuiste, y me quede sola caminando por la vida, con tanto amor para dar, con las manos llenas de este amor, que no se va, pobre tonto corazón, que ha sufrido tanto y sigue latiendo buscándote en un nuevo amor, pero nos ha costado tantas desilusiones, que cada vez pienso que mi único amor, murió en una madrugada fría y no volvera, hasta que yo me vaya con él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario